El crecimiento alarmante de las pérdidas y el desperdicio de alimentos (PDA) en todo el mundo genera varios problemas socio-económicos y medioambientales, como inseguridad alimentaria en poblaciones de riesgo, disminución del suelo fértil, mayor consumo de agua dulce, etc.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cada año se desechan alrededor de 1.300 millones de toneladas de alimentos producidos para consumo humano, valuadas en hasta 7.500 millones de dólares. Este volumen representa el 30% de la oferta alimenticia mundial.
La aplicación de la tecnología basada en la mosca soldado negro (Hermetia illucens) para reducir PDA presenta una oportunidad para la gestión de desechos orgánicos mediante la producción de materias primas (proteínas, harinas desgrasadas, grasas), biocombustibles y biofertilizantes.
¿Qué son las pérdidas y el desperdicio de alimentos o PDA?
El concepto de PDA engloba a dos tipos de alimentos. Por un lado, abarca a todo alimento apto para consumo humano que se descarta, pierde, degrada o afecta, en cualquier punto a lo largo de la cadena de producción. Por otro lado, se considera al alimento utilizado intencionalmente para alimentación animal o bien aquel subproducto de la elaboración de alimentos para humanos.
Solo en Argentina, según un estudio realizado por la Dirección de Agroalimentos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, se estima una pérdida de 16 millones de toneladas de alimentos por año, lo que representa el 12,5% de la producción agroalimentaria del país.
Necesidad de fuentes alternativas de proteína
Al problema de las PDA hay que sumarle las preocupaciones que genera el aumento de la población mundial. La ONU predice que para 2050 la población crecerá hasta 9.800 millones de habitantes, lo que significa un 22% más que la cifra actual. Como consecuencia, se espera un aumento del 70% de la demanda de proteínas animales, como carne vacuna y leche.
Actualmente, el 70% de la tierra agrícola se utiliza para alimentar al ganado. Además, alrededor del 70% del agua dulce se usa para la agricultura y el 30% de todos los granos se usan para alimentar a los animales domésticos. Así mismo, múltiples fuentes de gases de efecto invernadero (GEI) son producidas por el sistema agroalimentario, provenientes principalmente de la quema de combustibles fósiles, producción de fertilizantes químicos, deforestación, fermentación en el sistema digestivo de rumiantes y descomposición sin tratamiento de los residuos orgánicos.
Por lo tanto, una fuente alternativa de proteínas utilizada para alimentar animales que reduzca las PDA, emita menos GEI y genere biofertilizante para reemplazar fertilizantes químicos es necesaria para proteger el medio ambiente y la calidad de vida de las personas.
En este sentido, una nueva estrategia prometedora es el aprovechamiento de residuos orgánicos para la producción de insectos utilizables como alimento animal y humano.
Larvas que reducen las pérdidas y el desperdicio de alimentos
Uno de los insectos que ha ganado mayor interés para la valorización de residuos orgánicos es la larva de la mosca soldado negro (LSN), también conocida por su nombre en inglés como black soldier fly larvae (BSFL).
La larva de este insecto puede convertir eficientemente una amplia gama de residuos orgánicos, que van desde residuos de la industria agroalimentaria, hasta estiércol de animales, para producir biomasa rica en proteínas y grasas, que pueden usarse como alimento para animales. Además, es posible separar la grasa de las larvas para generar biocombustible. El residuo restante de la producción de mosca soldado negro, que se conoce como frass, está compuesto principalmente por el estiércol de las larvas y se puede utilizar como fertilizante.
Para utilizar las larvas de esta mosca como ingrediente de alimentos, es necesario garantizar que la acumulación de diferentes químicos, como metales pesados, micotoxinas, pesticidas, etc. no presenta riesgos para la salud. Por lo tanto, la composición del sustrato de crianza es una de las consideraciones más importantes para la seguridad en la producción de la mosca soldado negro.
Residuos orgánicos que tradicionalmente se perdían o compostaban, como cáscaras de frutas y hortalizas, bagazos cerveceros y subproductos cerealeros, están siendo revalorizados como alimento para insectos.
La bioconversión de residuos con las larvas de mosca soldado negro puede proporcionar productos comercialmente viables de alto valor (proteínas, harinas desgrasadas, grasas, biocombustibles y fertilizantes) que pueden contribuir al desarrollo sostenible.
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Referencias
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca Argentina, Dirección de Agroalimentos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (s.f.). Pérdidas y desperdicio Alimentario (PDA) en Argentina. https://alimentosargentinos.magyp.gob.ar/HomeAlimentos/Publicaciones/revistas/nota.php?id=104
Rehman K., Hollah, C., Wiesotzki, K. et al (2022). Black soldier fly, Hermetia illucens as a potential innovative and environmentally friendly tool for organic waste management: A mini-review. Waste Management & Research, 0 (0), https://doi.org/10.1177/0734242X221105441
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