Los grillos representan una fuente de alimento capaz de promover la salud humana. Existe amplia evidencia de que estos animales contienen cantidades significativas de proteínas, ácidos grasos saludables, minerales y vitaminas y muy bajos niveles de carbohidratos, por lo que resultan valiosos para la dieta, particularmente en contextos de inseguridad alimentaria en los que pueden complementar nutrientes que de otro modo serían deficientes.
Proteínas y grasas
El contenido de proteínas de los grillos oscila entre 17-24 g por cada porción de 100 g crudos, lo que es igual o mayor al de ciertas carnes tradicionales, como la de vaca, cerdo y pollo. La proteína de grillo contiene la mayoría de los aminoácidos esenciales, los cuales, a diferencia de los aminoácidos no esenciales, no pueden ser sintetizados por el organismo humano y deben ser provistos en la dieta.
En general, cada 100 g de grillos frescos hay entre 5 y 7 g de grasas. La grasa está compuesta de ácidos grasos, de los cuales predominan en el grillo los ácidos oleicos, palmíticos y linoleicos. Por otro lado, su contenido de colesterol es similar al de ciertos moluscos, pudiendo alcanzar los 98 mg cada 100 g, por lo que es importante destacar que su consumo no debe superar las cantidades diarias recomendadas de este lípido. Una alternativa libre de grasas son los aislados de proteína de grillo, cada vez más populares en los mercados de Europa.
Minerales y vitaminas
Una gran variedad de minerales y vitaminas están presentes en los grillos. En comparación con la carne de vaca, contienen igual o mayor cantidad de hierro, potasio, zinc, cobre y magnesio. Además de minerales, los grillos abundan en vitaminas del grupo B, como las B1, B2, B3, B6 y B12, mientras que los niveles de vitaminas A y E suelen ser bajos.
Resulta razonable recomendar que aquellas personas con alergia a los moluscos eviten la dieta con grillos o cualquier otro insecto. Sin embargo, no existe evidencia de que el consumo de grillos esté acompañado de más peligros para la salud que el consumo de otros productos animales. Como todos los productos cárnicos, los grillos deben ser procesados adecuadamente para garantizar la seguridad alimentaria. La evidencia científica avala que incorporar grillos a la dieta es una muy buena forma de complementar nutrientes fundamentales para salud humana. En el futuro próximo, se espera que a la oferta de productos con grillos se sumen los aislados de proteínas y grasas de grillos, para responder a requerimientos nutricionales diferentes.
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